El día IoE (Internet of Everything) de Joe

Nos divertimos al imaginar el día Ioe (Internet of Everithing) de nuestro amigo imaginario Joe.

Miremos juntos su día y examinemos juntos las ventajas y soluciones que un día Iot da a nuestras vidas.

La mañana siempre es difícil despertar, pero gracias a su despertador Iot, el despertar de Joe es siempre el mejor posible. Gracias a la conexión con su agenda personal, con los servicios meteorológicos y con los del tráfico, el despertador sabe cuándo despertarlo. También está conectado con un accesorio Iot portátil que le advierte cuando el ciclo de sueño de Joe es el más propicio para despertar. El mismo accesorio recoge los datos generados por las actividades deportivas de Joe (correr, bicicleta, gimnasio) y muchos otros parámetros biofísicos, para que pueda organizar sus entrenamientos y mantenerse en el nivel óptimo de forma.

Como Joe atravesó la puerta, las luces se apagaron, las persianas se apagaron y las puertas de entrada se cerraron. También la instalación climática se adaptó automáticamente para reducir al mínimo el consumo. El box, en cambio, se abrió a su acercarse, pero algo no estaba bien: su bolso inteligente le advirtió de la ausencia de uno de los objetos que habitualmente estaban en su interior: ¡la cartera! Joe volvió a casa murmurando, pero luego se dio cuenta de que, poco antes, probablemente llegaría a su oficina sin él, lo que complicaría su día.  Mentalmente agradeció de nuevo la tecnología Iot y volvió a la máquina.

¡Cómo ha cambiado el tráfico! Los automóviles dialogaban con los semáforos, con el servicio de tráfico y con los demás automóviles, optimizando la circulación y mejorando enormemente la seguridad. Ahora su coche recibía instrucciones de las mismas señales de tráfico y él podía relajarse, pensando quizás en los compromisos del día que le esperaban. Joe recordaba bien las largas colas en la carretera de circunvalación, que lo hacían llegar a la oficina ya cansado y agotado, poco concentrado en su trabajo. Mientras su coche se dirigía al lugar reservado fuera del sistema de Iot del estacionamiento, Joe cerró su bolso y se preparó para bajar.

Joe odia ser despertado abrumado mientras su sueño es profundo y sin sueños y el despertador está aprendiendo sus ritmos y necesidades.

Una de sus necesidades es sin duda un buen café, caliente y recién hecho. El despertador, antes de tomar el merecido descanso, avisa a la cafetera que le prepare su café y el resto de la casa del despertar de Joe.

Todo iba bien: era un hermoso día tibio, el desayuno lo esperaba, caliente y fragante, el agua de la ducha había sido perfecta… El día empezó de la mejor manera posible.
Joe se detuvo un momento a pensar cómo la tecnología Iot había cambiado su vida para mejor: caras largas y mal humor matutino habían desaparecido casi por completo y todo en la casa giraba alrededor de sus necesidades. Se está bien en casa, pero es hora de salir y empezar el día.

Ya ni siquiera era necesario llamar al ascensor, su aparato móvil ya había comunicado su llegada y el plan de destino.
Como siempre, Joe encontró su ordenador encendido y las luces de su escritorio se adaptaron a su presencia y a la luminosidad ambiental.

Hoy le esperaba un desafío importante y no quería distracciones de ningún tipo: tenía que terminar, al anochecer, una campaña publicitaria según los últimos caprichos de su cliente. Afortunadamente sólo faltaban los últimos retoques, todo estaba aprobado y no podía esperar para cerrar el trabajo y transmitir la campaña directamente a los carteles de su ciudad, que ya no eran de papel, pero eran enormes pantallas de eInk en color y también esto, pensó, había sido un gran paso adelante en la eficacia de su trabajo.
Joe se dio cuenta de que tenía hambre y que era hora de pedir un buen almuerzo: tomó su aparato móvil, se unió a su restaurante favorito, eligió los platos que deseaba y los pidió. El restaurante no estaba lejos, pero sabía que encontraría los platos recién preparados, porque su aparato móvil informaría al sistema Iot del restaurante de su inminente llegada. En cuanto entró en el sistema, le dio la ubicación de su mesa y Joe se dedicó a su plato favorito.
A su regreso del almuerzo, se concentró en su trabajo y, con los últimos detalles, finalmente publicó su campaña.
Ya era de noche y Joe se dirigía al supermercado. La despensa y el refrigerador ya habían comunicado al aparato móvil de Joe los alimentos que faltaban y éstos ya habían sido pedidos y preparados en el supermercado. Pero esa noche, Anna iba a cenar en su casa, y Joe quería hacer algo especial, ir a la tienda de delicatessen, tomar el numerito a través de una aplicación de su aparato móvil y empezar a deambular por los estantes, buscando inspiración para un plato delicioso que hiciera feliz a Anna. Cuando ya había encontrado todos los ingredientes que quería un mensaje en su teléfono le avisó que era su turno en la gastronomía y se apresuró.
Gracias a la tecnología NFC, el carro conocía su contenido y podía comunicarlo al cajero automático. Las colas en el mostrador eran sólo un recuerdo ahora. Mientras volvía a casa, su coche comunicó la hora

llegada prevista al sistema Iot de la casa, que se preparó para dar la bienvenida a Joe con el clima ideal y la temperatura correcta del agua de la ducha. Pero Joe sabía que Anna era un poco fría y activó el perfil de temperatura dedicado a ella. ¡Nada le habría estropeado la noche! No quedaba mucho tiempo, Anna llegaría pronto. Joe guardó las cosas compradas, sabiendo que el refrigerador y la despensa inteligente y Iot ya habían recibido la lista de las cosas compradas por su aparato móvil. Mientras preparaba la cena se dio cuenta de las cosas que habían cambiado: una vez debió haber prestado atención a las cosas en la nevera y a su caducidad, para evitar despilfarros innecesarios. Gracias a las etiquetas NFC en los paquetes, ahora era la dispensa misma la que conocía su contenido y le avisaba de la expiración inminente de los productos, dándole quizás alguna sugerencia sobre cómo prepararlos, a través de un proveedor de recetas en Internet.
Todo estaba listo: la mesa estaba puesta y la luz de las velas iluminaba suavemente la mesa, perfumes atrayentes llegaban de la cocina… ¡Maldición! ¡La cocina estaba desordenada! Joe se apresuró a tirar los paquetes de ingredientes utilizados para preparar la cena. Afortunadamente, ya no era un problema hacer correctamente la recogida selectiva y no se perdía el tiempo en averiguar dónde tirar un envoltorio. Gracias a la etiqueta de la NFC, el mismo contenedor de residuos indicaba dónde se debía tirar cada paquete. Incluso la cocina era perfecta, Joe habría acogido a Anna de la mejor manera posible.
Mientras esperaba el timbre, Joe recordó su día y cómo había mejorado su calidad de vida.
Pensó en su casa, ya casi energéticamente independiente, gracias a los paneles fotovoltaicos y al sistema smart de acumulación que gestionaba la producción de energía en función, entre otras cosas, de las previsiones meteorológicas a medio plazo. Pensó en su ciudad, que recogía, de forma anónima, los datos generados por todas sus actividades cotidianas y los utilizaba para mejorar siempre la calidad de los servicios y de la vida de sus conciudadanos. Por fin sonó el timbre…